martes, 21 de noviembre de 2006

Magos, Magas y Hechicero:

Hágase primera la idea acerca de la defensa. ¿qué es defender algo? porqué se defiende algo? Una visión aguilera sobre este tema nos vendría a decir algo parecido a "porque es mi casa, mi "ethos" personal, defiendo lo que es mío porque así lo considero, porque es lo mejor que tengo y porque preciso de una noción de <> que ratifique, asiente y fortalezca mi existencia". sin ánimo de entrar en "porqué se defiende un discurso versus otros", invito a que pensemos sobre esta práctica que ejerce la negación o al menos la negociación de lo diferente.
Nos ocurre con nuetros padres, perejas e, ineviablemente con nuestras creencia. ahora entro.

Sobre el Terrorismo:

No es intención mía decir que se justifique la cultura del terror, ni tampoco lanzar odas a la muerte indiscriminda o incluso a la justificada. Decididamente, prefiero unirme a la cosas mediante el amor que mediante el odio. Sin embargo, pienso en el terrorismo y siento que "nosotros" tenemos una visión muy restringida sobre el "progreso humano".

Uno de los grandes fallos de la actual pedagogía, es (a mi jucio) su idea de "progreso". Esto lo digo apoyándo en mis escasas ideas sobre la postmoderinidad, el legado epistemológico de la física cuántica y el relativismo de todas las ciencias. Digo que no hay progreso, que es mentira, que estamos perdidos y que por eso precisamos de la filosofía, que ese ideal "del existe un futuro concebible" debe ser re-visado y re- pensado; que nuestra noción de verdad, es enteramente histórica, elitista, ciega, unidireccional y en última insntacia, falsa. (bueno, se que esto puede ser criticable, pero entiéndanme).

El terrorismo.

Poqué hay quienes asesinan a miles de personas? No creo que quienes maten "tengan idea clara acerca del porqué lo hacen", en tal caso, como mucho "lo hacen porque se sienten, han sentido o creen sentirse rechazados"... Pero mi intención no es ni mucho menos dar una explicación sobre eso. Mi Tesis es "porqué Europa ha construido una visión desestimable, amenazante y misteriosa del otro". Y esto tiene que el concepto de "Narración". La Narración es una discurso coherente consruido como un comienzo, un nudo y un desenlace. Somos sujetos narrados, somos lo que hacemos pero , inevitablemente, también lo que nos decimos.

Nuestra Historia narrada estima todo como una vía; hasta el día de hoy (dicen los filósofos) estamos tan metidos en nuetro propio "cículo hermenéutico" ( o sea, un círculo donde interpretamos de una interpretación anterior) que no somos capaces de salir de ella y de hacerlo o bien nos cuesta la vida o bien la muerte. Lo que pretendía decir es que Europa ha construido una hisstoria sobre ella misma de la que precisa de cosas como el hambre, el terrorismo y las ONG's. SOlo quería recalcar que el comprender el terrorismo como "posiblemente la única vía de escape que tienen los otros, que SINTIENDOSE RECHAZADOS Y MARGINADOS" se acercan a la violencia para hacer oir. No quiero decir qu esta sea la mejor manera. NO. Ni siquiera digo que sea una manera. Simplemente digo que no me gusta pensar como "piensa la tele y mis colegas de matemáticas" Que estiman juicios sobre "que malos son". Son una amenaza! Ni ellos son buenos ni nosotros malos, para nada. Ese relativismo al que me refería dice simplemente: ¿qué es lo que hay? ESTO! Hambre, muerte, terrorismo... Decía alguien, "Eso es lo que piensa la tele". Vale, la tele tiene taaanta fuerza en nuestras creencias que somos imposibles de salir de ese circulo". Los medios de comunic-acción nos mueven visceralmente a creer cosas que siquiera vemos.

Era solo eso: crear doctrinas sobre lo bueno y lo malo, como decía MAría es eminentemente estúpido. Es caer en las garras que ellos quieren. Creo que todo se relaciona dialécticamente, que "defendiendo" mi visión acerca del bien, alimento, en otra parte del cosmos, una visión sobre el mal


Si recién emprendo el viaje, ¿Cómo narrarles un regreso?



¿Qué busca la Pedagogía?

Se me hace imposible seguir avanzando en cualquier discurso que realice acerca de “lo pedagógico” sin evitar entrar en la más común pregunta entre los educadores. ¿Qué busca la Pedagogía? Abrazar esta pregunta es harto complejo, pues sabido es que no existe en nuestro jardín una máxima absoluta que nos permita nivelar las prioridades que barran cualquier acción educativa; pues hay, al perecer, muy pocas unanimidades académicas sobre qué educar así como sobre el cómo educar.


Por eso parece que la pedagogía es un discurso inevitablemente histórico y personal, rebosado por cargas tradicionales y culturales donde lecturas de antiguos navegantes nos acercan a la reflexión y la ligereza mental. Parece obviarse entonces, que para que un maestro se atreva a pensar qué es la pedagogía, debe primero deconstruir, facilitarse un espacio libre de pensamiento sobre cómo usará esa lanza y hacia quién la quiere regalar. Sea dicha la aclaración, antes de actuar pedagógicamente hemos de cuestionarnos. ¿Qué tipo de hombre buscamos? ¿qué ser humano óptimo se precisa en la sociedad?

Hacia la complejidad de la pregunta se asoman rémoras insalvables propias de esta condición tan volátil. Hablar de un ideal de hombre en un ahora tan impersonal puede atontar al hombre más ilustrado, nadie ni nada puede asegurarnos que lo preciso y lo necesario sea un hombre de tal o cual manera; herencias de pensadores actuales (y otros no tanto) nos invitan a dudar inevitablemente de lo establecido; Heinsenberg, Bohr y otros físicos reunidos en Solvay allá por 1927 junto Derrida, Foucault y demás nos advierten que es la primera vez en la historia del pensamiento donde el hombre puede y debe parase para advertir un “¿Cómo hemos llegado hasta aquí?”. Parece que hoy tenemos poder sobre lo ocurrido. Entonces, si a nosotros simples pedagogos parece perdérsenos la inquietud entre lecturas tan complejas y aceleradas ¿Qué podemos hacer?